Manuel Álvarez Bravo
Manuel Álvarez Bravo nació en México en 1902. Este fotógrafo y cinefotógrafo mexicano fue reconocido por la originalidad de sus obras. Mostraba a la gente y los paisajes de su país de una forma creativa y diferente.
Manuel Álvarez Bravo con solo 13 años inició su periplo en el mundo de las artes. A esta edad decidió inscribirse en la Academia de San Carlos para estudiar arte y música. Durante sus estudios conoció a Hugo Brehme, fotógrafo alemán que desarrolló gran parte de su obra fotográfica en México. Este encuentro le empujó a comprar su primera cámara fotográfica. Empieza aquí la carrera fotográfica de uno de los referentes de la fotografía Mexicana.
La obra fotográfica de Manuel Álvarez Bravo tiene un carisma social claramente definido, una visión acorde con la visión fotográfica que lleva a cabo La Ampliadora Escuela Social de Fotografía. Álvarez Bravo buscaba plasmar la identidad cultural mexicana, no quedándose solamente en una visión documental. Se acercaba con imaginación a la vida de las ciudades y pueblos, la religión y más temas cotidianos. Volcaba su punto de interés en las tradiciones de la sociedad mexicana de aquella época.
En 1932 realizó su primera muestra individual en la Galería Posada. Más adelante compartió cartel en exposiciones con los fotógrafos de renombre de aquel momento, como es el caso del famoso fotógrafo francés Henri Cartier-Bresson.
Durante algún tiempo se adentró en nuevas formas de usar la lente. Esto lo diferenció de los artistas del momento, trabajando con perspicacia y con toques de humor distintos elementos que enfatizaban y ensalzaban sus imágenes.
Álvarez Bravo, en su proyección profesional se adentro en el mundo cinematográfico, participando en rodajes de películas con directores de la talla de John Fordy y Luis Buñuel. También experimentó la faceta de realizador de largometrajes y cortos. Todo esto le hizo consolidar su madurez artística, que se plasma en su manera de trabajar la fotografía, los detalles aislados y la composición geométrica de su obra.
Manuel Álvarez Bravo genera una ambigüedad que hace al espectador mirar y ver con nuevos ojos las cosas cotidianas para construir su propio significado.